Armonia
Hechos 4: 32-35: “Todos los seguidores de Jesús tenían una misma manera de pensar y de sentir. Todo lo que tenían lo compartían entre ellos, y nadie se sentía dueño de nada. Llenos de gran poder, los apóstoles enseñaban que Jesús había resucitado. Dios los bendecía mucho, y no les hacía falta nada, porque los que tenían alguna casa o terreno lo vendían y entregaban el dinero a los apóstoles. Entonces ellos lo repartían y le daban a cada uno lo que necesitaba.”

Vinimos a Cristo como individuos diversos, nos unimos a una iglesia y nos hacemos discípulos, juntos somos el pueblo de Dios. A medida que continuamos nuestro viaje hacia la unidad, debemos buscar una mejor comprensión de lo que es tener una mentalidad similar, un corazón similar, estar en comunión a pesar de nuestras diferencias de actitud, pensamientos y comportamientos. Esto, amados, requiere que nuestras mentes y nuestro espíritu se reúnan en el mismo lugar, un lugar sagrado, un lugar para compartir ideas y visión. ¿Podemos unirnos en espíritu y en verdad?
Oración: Permitenos celebrar con aceite perfumado la bendición de la vida eterna y la unión. Amén.
Categories:
Column
Reflexiones
Related News
Climate Hope
Earlier this week, a couple of related items in my social media feed serendipitously arrived...
Read MoreJPANet February 2023 Newsletter
Each month we ask UCC advocates to help us unpack the complex justice issues that we’re...
Read More