Letanía de Nombres

1 Pedro 5: 8-11 (NRSV) “¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. Manténganse firmes contra él y sean fuertes en su fe. Recuerden que su familia de creyentes en todo el mundo también está pasando por el mismo sufrimiento. En su bondad, Dios los llamó a ustedes a que participen de su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, él los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y los afirmará sobre un fundamento sólido. ¡A él sea todo el poder para siempre! Amén.”

 

Reflexión

Que muchos de nosotros todavía estámos esperando ser restaurados a un estado alineado (en lugar de difamado) a la humanidad.   El proceso de espera siente como recortes de papel: dañino, peligroso, tierno, y sin embargo, algunos de nosotros todavía sobrevivimos.

 

Eso no significa que estamos seguros, pero más bien que la identidad sexual de los que amamos no es prueba de nuestro quebrantamiento que se necesita cambiar, más bien nuestra humanidad innata necesita ser plenamente afirmada: como Latinx, como seres sexuales con impulsos y deseos, como creación perfecta de Dios.  Nosotros no estamos cuestionando si debemos ser “fijo” a la expectativa heteronormativas, más bien algunos de nosotros pedimos restauración de nuestra humanidad para estar alineados y en relación con la comunidad amada y sagrado de Dios.

 

Hemos estado en medio de esta lucha tanto tiempo.  Amargamente heridos y lastimados por un cristianismo que profesa el amor de Dios de un lado de su boca mientras tiran flechas de legalismo dogmático como un medio de opresión de la otra.  Amigos, tenemos el poder para llamar al Espíritu Santo a la batalla en nuestro nombre contra las fuerzas de la injusticia.  No pedimos permiso a existir, Dios ya nos ha declarado buenos.  Estamos tomando nuestro lugar.  ¡El Espíritu Santo es nuestro apoyo!  No estamos solos. “Desde el hoyo desolado, fuera el pantano cenagoso… Dios asegura nuestros pasos (Salmos 40:2).

 

No necesitamos caminar solos.  Podemos encontrar fuerza en otros que comparten nuestra historia.  Tenemos que prestar atención a aquellos que entran en nuestros espacios escuchando y aprendiendo de algunos de ellos; porque, la necesidad de justicia es real y cuando se habla de lo que necesitamos, hablamos no en nombre de nosotros mismos, sino en nombre de aquellos alrededor de nosotros cuyas voces no se han escuchado.  Aprendamos a quedarnos quietos y escuchar, hay fuerza en el silencio.  En medio del silencio escuchamos el dolor de nuestros vecinos, y al fin podemos actuar.

 

Quienes están con ustedes.  Quienes faltan en tu mesa y en tu santuario.  Mantenlos en oracion.  Di sus nombres en voz alta… porque cada uno de nosotros es importante.  “Di Sus Nombres” es un refrán popular para muchos de nosotros que están en las redes sociales.  Parece que cada día añadimos un nuevo nombre y una nueva historia.  Y esto nos hace sentir tan incómodos.  A algunos de nosotros nos han pedido que dejemos de causar tantos problemas añadiendo a la letanía de nombres.

 

Pero cada nombre y cada historia es importante.  Porque cuando tenemos una llamada de función y se llaman 11 nombres, notamos que ya no se menciona uno de los seguidores, Judas Iscariote perdió su conexión con el amor.  Y nos damos cuenta que algunas mujeres estaban también presente… entre ellas María la madre de Jesús y con ella sus hermanos (lea Hechos 1: 6-14).

 

Oración: Dios, cada persona que nos precedieron en esta lucha por la liberación es una oración.  Cada vida perdida sin justicia después de haber sido impuesta, es una oración.  Cada cuerpo que no fue reclamado es una oración.  Cada vida trans es una oración.  Cada vida negra y marrón es una oración.  Dios, tu palabra dice que en la palma de tu mano esta tatuada nuestra historia… a ti volteamos nuestra vista.  Amén.